SYNEMA GLOBOSUM
Muchas veces me preguntan, como veo o encuentro tanta variedad de insectos y es tan sencillo como pararse en algún lugar donde hay hierva, flores, etc etc etc, pero solo con una condición, y es agacharse y quedarse quieto, ir observando con la mirada y sin moverse por toda la zona, el insecto que se escondió cuando tu llegastes, volverá a salir al ver que tu no te mueves, esto requiere paciencia claro está. Luego se trata de no moverte con mucha agresividad para no volver a espantarlo y poder fotografiarlo.
Esta araña puede medir menos de un centímetro y estaba debajo de una flor, la vi mientras intentaba fotografiar otro insecto, pues antes de terminar la sesión con el otro bicho, hice lo que os acabo de comentar, volver a mirar y observar, que se vuelve a mover por la misma zona que estoy agachado.
Synema globosum, araña Napoleón, pertenece a la familia Thomisidae –arañas cangrejo-. Su nombre común deriva del parecido con la silueta de Napoleón que tiene el dibujo negro de su abdomen.
La araña Napoleón caza situándose encima de las flores o escondida en la parte inferior de las mismas. Abre sus robustas patas delanteras como un cangrejo y espera que algún despistado insecto se pose en la flor para lanzarse sobre el mismo y propinarle un venenoso mordisco con sus quelíceros. El veneno de Synema globosum es muy potente y llega a matar insectos mucho más grandes que ella, como abejas o moscas de gran tamaño. No necesita seda, ni hace trampas para la captura de sus presas, le bastan sus patas y su veneno.
JUAN MANUEL FLORES

Hace mucho tiempo que me aficione a la fotografía, ahora decido hacer este blog y exponer mis trabajos, desde el principio hasta hoy y mas allá, presentaros todo tipo de fotografía, nocturnas, paisajes, retratos, naturaleza, etc etc etc, pero mi pasión es el macro, sobre todo de insectos. También podéis visitar todas mis fotografías aquí https://www.flickr.com/photos/juanmanuel-zafra/. Por cierto, mi nombre es Juan Manuel, de Zafra, Badajoz, Extremadura, España.
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UNA PORCIÓN DE EXTREMADURA - ZAFRA
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jueves, 30 de abril de 2015
ARAÑA NAPOLEÓN
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miércoles, 29 de abril de 2015
PULGÓN
APHIDIDAE
Aphididae (castellanizado como afídidos o áfidos) es una familia de insectos hemipteros encuadrada en el suborden Sternorrhyncha. Pequeños y de morfología poco variada, son universalmente conocidos como pulgones, pero no guardan ninguna relación con las pulgas, ni por parentesco ni por modo de vida, porque a diferencia de aquellas, los pulgones son parásitos de plantas angiospermas.
Son pequeños (no más de pocos milímetros), de colores variados, sobre todo verdes, amarillos o negros, a veces con manchas o motas, más a menudo lisos. El cuerpo es ovoidal, sin distinción patente de sus tres regiones (cabeza, tórax y abdomen). Pueden ser, dentro de una misma especie, ápteros (sin alas) o alados. En este caso tienen dos pares de alas membranosas, relativamente pequeñas, siempre mucho más grandes las anteriores, transparentes, dotadas de un borde de ataque engrosado y generalmente marcado por un estigma o mancha, que colocan en posturas diversas, a menudo erectas, durante el reposo.
Cuerpo blando de forma piriforme. Antenas 4 a 6 segmentadas, segmento terminal delgado. 3 ocelos. Tarsomero basal pequeño. Alas anteriores, si presentes, con una vena compuesta paralela al margen costal terminado en un terostigma; alas posteriores usualmente con una vena longitudinal y dos venas oblicuas. en reposo mantienen en techo de dos aguas. Siphunculi (cornículos) pareados sobre el abdomen.
Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones o cornículos, pequeños apéndices erectos de posición dorsal que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten sustancias u hormonas que repelen a sus depredadores naturales. También producen una secreción azucarada por el ano producto la digestión que poseen. Gracias a la producción de esta sustancia, las hormigas la utilizan por lo que tienden a proteger a muchas plantas de sus parásitos a cambio del néctar que reciben de nectarios extraflorales situados generalmente en las hojas. Los áfidos han desarrollado en la evolución una relación simbiótica con hormigas, que no sólo los toleran sobre las plantas, sino que los protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas o las crisomelas, a cambio de la secreción de mielecilla de forma natural, que les sirven de alimento. También las abejas pueden recoger esa melaza e incorporarla a la composición de la miel.
JUAN MANUEL FLORES
Aphididae (castellanizado como afídidos o áfidos) es una familia de insectos hemipteros encuadrada en el suborden Sternorrhyncha. Pequeños y de morfología poco variada, son universalmente conocidos como pulgones, pero no guardan ninguna relación con las pulgas, ni por parentesco ni por modo de vida, porque a diferencia de aquellas, los pulgones son parásitos de plantas angiospermas.
Son pequeños (no más de pocos milímetros), de colores variados, sobre todo verdes, amarillos o negros, a veces con manchas o motas, más a menudo lisos. El cuerpo es ovoidal, sin distinción patente de sus tres regiones (cabeza, tórax y abdomen). Pueden ser, dentro de una misma especie, ápteros (sin alas) o alados. En este caso tienen dos pares de alas membranosas, relativamente pequeñas, siempre mucho más grandes las anteriores, transparentes, dotadas de un borde de ataque engrosado y generalmente marcado por un estigma o mancha, que colocan en posturas diversas, a menudo erectas, durante el reposo.
Cuerpo blando de forma piriforme. Antenas 4 a 6 segmentadas, segmento terminal delgado. 3 ocelos. Tarsomero basal pequeño. Alas anteriores, si presentes, con una vena compuesta paralela al margen costal terminado en un terostigma; alas posteriores usualmente con una vena longitudinal y dos venas oblicuas. en reposo mantienen en techo de dos aguas. Siphunculi (cornículos) pareados sobre el abdomen.
Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones o cornículos, pequeños apéndices erectos de posición dorsal que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten sustancias u hormonas que repelen a sus depredadores naturales. También producen una secreción azucarada por el ano producto la digestión que poseen. Gracias a la producción de esta sustancia, las hormigas la utilizan por lo que tienden a proteger a muchas plantas de sus parásitos a cambio del néctar que reciben de nectarios extraflorales situados generalmente en las hojas. Los áfidos han desarrollado en la evolución una relación simbiótica con hormigas, que no sólo los toleran sobre las plantas, sino que los protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas o las crisomelas, a cambio de la secreción de mielecilla de forma natural, que les sirven de alimento. También las abejas pueden recoger esa melaza e incorporarla a la composición de la miel.
JUAN MANUEL FLORES
Ubicación: Zafra
06300 Zafra, Badajoz, España
martes, 28 de abril de 2015
MOSCAS
Expongo unas tomas Macro de diferentes especies de Moscas. Es tanto la pasión por el Macro Insectos, que todos los insectos tienen su "no se que" para fotografiarlos y la Mosca, no se iba a quedar atrás.
Mosca es el nombre vulgar dado a numerosas especies de insectos, sobre todo a las pertenecientes al orden de los dípteros (Diptera). Seguramente, las moscas han seguido al hombre desde la prehistoria y son, por tanto, unos de los insectos más arraigados en el imaginario popular.
MOSCA Y LA CULTURA:
Se han usado a menudo las moscas en la mitología y literatura para representar a agentes de muerte y deterioro, como la cuarta plaga Bíblica de Egipto. Se han retratado como las malvadas (por ejemplo, en la mitología griega, Myiagros era un dios que ahuyentaba las moscas durante los sacrificios a Zeus y Atena, y Zeus envió a una mosca a morder el caballo Pegasus que causa Bellerophon para retirarse a la Tierra cuando él la intentó montar para Montar el Olimpo).
Joyas y armas ceremoniales encontradas en el enterramiento de la reina Ahhotep, incluyendo un hacha en cuyo filo se representa al faraón Amosis I abatiendo a un soldado hicso y las moscas de oro concedidas a la reina por su apoyo en la lucha contra los hicsos.
No obstante, en algunas culturas la connotación no es tan negativa (por ejemplo, en la religión de Navajo tradicional, la Mosca Grande es un espíritu importante).
La mosca, como símbolo de valor indomable, insistencia y tenacidad frente al conflicto, era el mayor galardón militar en la cultura egipcia, la más alta distinción concedida por el faraón a sus valientes. El faraón Ahmose condecoró en una bella ceremonia a su madre, Ahhotep, con un collar con tres grandes moscas de oro, de 9 cm de altura. Ninguna otra reina de Egipto recibió esta condecoración militar. Ahmosis reconocía así que la inspiradora de la guerra de liberación había sido Ahhotep; era su forma de reconocer los grandes esfuerzos y sacrificios a los que se había sometido esta reina, entregada a la causa de liberar a Egipto del yugo de los hicsos.
Los habitantes de Cirene ofrecían sacrificios al dios Acoro para que les librase de estos insectos. Los acarnanios veneraban a las moscas y los naturales de Accaron ofrecían incienso a la divinidad que las cazaba. Los griegos tenían así mismo su dios Cazamoscas (Myiagros). Eliano dice que las moscas se retiraban por sí solas en los juegos olímpicos y pasaban a la otra parte del río Alfeo. En el templo de Apolo en Accio, cuando se acercaba la fiesta, se inmolaba un toro a las moscas que, una vez saciadas, se retiraban.3
El demonio Belcebú recibe el nombre de "el señor de las moscas", debido a un juego de palabras que convirtió al dios cananeo Ba'al Zebûl (literalmente "el señor príncipe") en Baal Zabut ("el señor de las moscas").
En Roma, había un templo, el de Hércules vencedor en el cual no entraban jamás las moscas por más que aquel héroe no hubiese podido jamás ahuyentarlas ya que, según Teófilo y Paracelso, ni el mismo Júpiter tiene este poder. Las moscas acudían a miríadas a los sacrificios de Molloch y los judíos consideraban de feliz agüero que no se viera jamás una mosca en el templo de Salomón.3
El poema de Emily Dickinson dice «yo oí el zumbido de una mosca cuando moría» hace la referencia a las moscas en el contexto de la muerte. De igual manera, en el arte y ficción, se usan también principalmente las moscas para introducir elementos de horror o una sensación de suciedad; un ejemplo de lo anterior es una película de ciencia ficción de 1958 llamada La mosca (nueva versión en La mosca) en la que se observaba a un científico intercambiar partes de su cuerpo (ADN) accidentalmente con los de una mosca. La habilidad de moscas de aferrarse a casi cualquier superficie también ha inspirado el título de "hombre mosca" para personas con habilidades de escalado y paracaidismo en los edificios.
JUAN MANUEL FLORES
Mosca es el nombre vulgar dado a numerosas especies de insectos, sobre todo a las pertenecientes al orden de los dípteros (Diptera). Seguramente, las moscas han seguido al hombre desde la prehistoria y son, por tanto, unos de los insectos más arraigados en el imaginario popular.
MOSCA Y LA CULTURA:
Se han usado a menudo las moscas en la mitología y literatura para representar a agentes de muerte y deterioro, como la cuarta plaga Bíblica de Egipto. Se han retratado como las malvadas (por ejemplo, en la mitología griega, Myiagros era un dios que ahuyentaba las moscas durante los sacrificios a Zeus y Atena, y Zeus envió a una mosca a morder el caballo Pegasus que causa Bellerophon para retirarse a la Tierra cuando él la intentó montar para Montar el Olimpo).
Joyas y armas ceremoniales encontradas en el enterramiento de la reina Ahhotep, incluyendo un hacha en cuyo filo se representa al faraón Amosis I abatiendo a un soldado hicso y las moscas de oro concedidas a la reina por su apoyo en la lucha contra los hicsos.
No obstante, en algunas culturas la connotación no es tan negativa (por ejemplo, en la religión de Navajo tradicional, la Mosca Grande es un espíritu importante).
La mosca, como símbolo de valor indomable, insistencia y tenacidad frente al conflicto, era el mayor galardón militar en la cultura egipcia, la más alta distinción concedida por el faraón a sus valientes. El faraón Ahmose condecoró en una bella ceremonia a su madre, Ahhotep, con un collar con tres grandes moscas de oro, de 9 cm de altura. Ninguna otra reina de Egipto recibió esta condecoración militar. Ahmosis reconocía así que la inspiradora de la guerra de liberación había sido Ahhotep; era su forma de reconocer los grandes esfuerzos y sacrificios a los que se había sometido esta reina, entregada a la causa de liberar a Egipto del yugo de los hicsos.
Los habitantes de Cirene ofrecían sacrificios al dios Acoro para que les librase de estos insectos. Los acarnanios veneraban a las moscas y los naturales de Accaron ofrecían incienso a la divinidad que las cazaba. Los griegos tenían así mismo su dios Cazamoscas (Myiagros). Eliano dice que las moscas se retiraban por sí solas en los juegos olímpicos y pasaban a la otra parte del río Alfeo. En el templo de Apolo en Accio, cuando se acercaba la fiesta, se inmolaba un toro a las moscas que, una vez saciadas, se retiraban.3
El demonio Belcebú recibe el nombre de "el señor de las moscas", debido a un juego de palabras que convirtió al dios cananeo Ba'al Zebûl (literalmente "el señor príncipe") en Baal Zabut ("el señor de las moscas").
En Roma, había un templo, el de Hércules vencedor en el cual no entraban jamás las moscas por más que aquel héroe no hubiese podido jamás ahuyentarlas ya que, según Teófilo y Paracelso, ni el mismo Júpiter tiene este poder. Las moscas acudían a miríadas a los sacrificios de Molloch y los judíos consideraban de feliz agüero que no se viera jamás una mosca en el templo de Salomón.3
El poema de Emily Dickinson dice «yo oí el zumbido de una mosca cuando moría» hace la referencia a las moscas en el contexto de la muerte. De igual manera, en el arte y ficción, se usan también principalmente las moscas para introducir elementos de horror o una sensación de suciedad; un ejemplo de lo anterior es una película de ciencia ficción de 1958 llamada La mosca (nueva versión en La mosca) en la que se observaba a un científico intercambiar partes de su cuerpo (ADN) accidentalmente con los de una mosca. La habilidad de moscas de aferrarse a casi cualquier superficie también ha inspirado el título de "hombre mosca" para personas con habilidades de escalado y paracaidismo en los edificios.
JUAN MANUEL FLORES
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